El Cocodrilario de La Manzanilla es clave en la protección de la vida natural de la costa sur de Jalisco. A través de 190 hectáreas, se protegen tres especies de manglar, poblaciones de aves migratorias y endémicas, y una gran comunidad de cocodrilos de río que reúne en promedio 400 ejemplares
Las acciones de preservación de este Santuario lo han llevado a ser reconocido en congresos, talleres y convenciones tanto a nivel nacional como internacional, gracias a la gran labor dirigida por José Eleazar Martínez, conocido como «Pepedrilo», que junto con los colaboradores hacen de este sitio una de las paradas obligatorias para visitar en Costalegre.
En sus instalaciones, puedes conocer las profundidades del estero a través de senderos y puentes de madera en los que se puede avistar la población de cocodrilos y el hábitat que los rodea. Durante el paseo, existen diversos guías (en su mayoría estudiantes que prestan su servicio social) que te explican sobre el cuidado y preservación de una de las especies más temidas por el humano, pero también de las más encantadoras.
Otros de los atractivos que hallarás es la sala de museo donde se explica la historia del ejido, la biología y taxonomía del cocodrilo, además de la maquetación de nidos de cocodrilos con huevos reales, una colección osteológica de cráneos y esqueletos de esta especie, fotografías y el esqueleto de una ballena azul de 16 metros.
El Cocodrilario de La Manzanilla es el resultado de un esfuerzo comunitario orientado a la preservación de uno de los hábitats más importantes en Jalisco y en nuestro país. Gracias a los esfuerzos de los ejidatarios, se ha podido proteger parte de la riqueza natural de la región de Costalegre